Buscar un empleo siempre es una labor complicada, sobre todo cuando se trata de la primera vez. Aunque da igual que acabes de salir de tus estudios o que cuentes con una larga experiencia laboral; sea cual sea tu situación, no será tarea sencilla y mucho menos en estos tiempos, por lo que tendrás que prepararte para hacerlo bien.
Si piensas en buscar tu primer empleo o simplemente encontrar otro mejor, tal vez te estés preguntado cual debe ser el primer paso. Sin duda, antes de presentarse a cualquier candidatura, lo primero que debes hacer es actualizar tu currículum personal de manera adecuada para que los reclutadores entiendan tu formación y experiencia. Pero también tendrás que poner en marcha otras acciones de las que te hablaré un poco a continuación.
En los tiempos en los que buscaba mis primeras oportunidades laborales, los aspirantes no teníamos muchas alternativas para encontrarlas, salvo el puerta a puerta, los anuncios enganchadas en los tableros de las oficinas de empleo o los publicados en últimas páginas del periódico dominical. Más allá de esto, lo que quedaba era la vinculación con algún conocido que te ayudara a entrar en una empresa o los golpes de suerte inesperados. Todo era distinto y bastante más limitado, porque tenías menos alternativas para acceder a la información sobre nuevas ofertas a menos que te patearas toda la región en busca de ellas o dedicaras horas a rebuscar en el listín telefónico para tratar de conseguir información haciendo llamadas en frío.
No digo que ahora las cosas sean más fáciles, pero al menos se tiene acceso a diferentes alternativas a través de Internet, con redes sociales como LinkedIn o a través de páginas web de empresas especializadas en la búsqueda de talento, donde de forma rápida puedes informarte de las oportunides laborales que más se adaptan a tu formación y experiencia, además de poder ponerte en contacto con ellos.
Posiblemente la red social más importantes en este ámbito es LinkedIn; una opción muy aconsejable para quienes buscan empleo ya que, gracias a la enorme cantidad de empresas conectadas, circulan por ella un gran número de ofertas de trabajo cada día. Es una alternativa muy a tener en cuenta en tu objetivo, ya que las empresas que buscan candidatos con perfiles concretos suelen utilizar también esta red para detectarlos e incluso contactar con ellos; por eso es muy importante el tener un perfil bien definido en LinkedIn.
Ten presente también que se trata de una red pensada para poder interactuar con otros miembros como parte de una comunidad global de profesionales en multiples áreas. Aprovecha esto para unirte a grupos que se alineen a tus intereses profesionales. Potencia tu presencia y gana en notoriedad compartiendo regularmente comentarios o incluso publicando artículos o contenidos que puedan ser de interés para otros. Si mantienes una presencia y actividad regulares, podras ir acumulando contactos valiosos con los que interactuar.
Aumenta tu presencia en redes sociales como LinkedIn y únete a grupos que estén alineados con tus intereses profesionales.
No dudes que los contratadores irán accediendo a tu perfil de LinkedIn; podrán llegar a él a través de palabras clave utilizadas por los motores de búsqueda. Para saber cuales son esas palabras clave, una alternativa puede ser el buscar varias descripciones de puestos de trabajo similares que te interesen y localizar en ellas las palabras más comunes utilizadas, las cuales podrás incorporar después en distintas secciones de tu propio perfil. Esto ayudará a que los sistemas de búsqueda a que puedan detectarlo y ser valorado por las empresas.
Por cierto, ya que te pones en esto, haz un revisión de tus hábitos en las redes sociales, ya que los reclutadores cada vez más hacen sus incursiones en las redes para analizar a un candidato. A veces lo que encuentran es de ayuda, pero otras veces pueden llegar a impactar negativamente en tus posibilidades de ser elegido. Tu marca personal debe estar libre de señales de alerta en el caso de ser aspirante en una oferta de empleo. Una de las maneras de evitar sorpresas es ajustar la configuración de seguridad para asegurarse de que tus cuentas privadas quedan inaccesibles a miradas inoportunas, sobre todo cuando estás en un proceso de búsqueda de empleo. Y no olvides configurar tu cuenta en las redes profesionales como LinkedIn para que te puedas anunciar como candidato abierto para los reclutadores.
Entrando ya en el detalle del currículum; cuando te pongas con él, recuerda la importancia de mantenerlo actualizado y optimizado constantemente, ya que se trata de tu marca personal. Si es tu primer trabajo lo que buscas y no cuentas todavía con experiencia laboral, puedes detallar tu formación académica y enumerar tus habilidades más destacables, ya que esto también puede ser valorado a la hora de seleccionar a un candidato.
Mantén permanentemente actualizado y optimizado tu currículum. Es tu marca personal.
No hace falta que insista demasiado en que la información que aportes en tu currículum deberá ser clara y concisa, y por supuesto sin faltas de ortografía; cuida mucho este detalle. Procura que esa información resuma correctamente tus áreas de especialización, de forma breve, suficientemente descriptiva y sobre todo honesta. No te pases añadiendo palabrería de relleno que no tiene interés, ya que quienes lo revisarán son expertos en separar el grano de la paja y en mirar entre líneas. Están preparados para detectar contradicciones y fantasmadas. Así que no te extiendas demasiado con información irrelevante; céntrate en exponer lo que realmente puede ser valioso desde un punto de vista profesional. Explica qué funciones has desempeñado en otros trabajos, tus logros personales o el periodo de tiempo que estuviste haciéndolo.
Intenta además que la fotografía que incluyas en tu currículum o en tu perfil en redes profesionales sea de calidad y adecuada a la imagen que pretendes dar, para hacerla más accesible a los reclutadotes cuando la examinen. Estás buscando un trabajo, no el crear un grupo de amigos para ir de copas o para jugar al padel.
En la descripción que hagas sobre ti mismo y más allá de la formación académica y de la experiencia acumulada, no olvides hacer mención sobre aspectos relacionados con cualquier otra capacidad personal que pueda ser relevante y llamar la atención de las empresas. De hecho, hay habilidades que son consideradas como transferibles y que debes incluir también en tu currículum; son aquellas cosas en las que destacas y que se pueden «trasferir» a distintos roles en una o en dintintas empresas. Por ejemplo, la capacidad de liderazgo, el trabajo en equipo, las dotes comunicativas, la resiliencia, la gestión del tiempo o la resolución de problemas. Se trata de habilidades no especializadas, pero de gran valor para las empresas. Piensa que cada día hay son más lA organizaciones que ponen estos conceptos en valor a la hora de decantarse por uno u otro candidato; a veces y dependiendo de las características del puesto, incluso por encima del nivel académico que se tenga.
En el caso de disponer de ella, una nota de recomendación aportada por un responsable de la empresa para la que trabajaste anteriormente también será útil. De hecho, hay estudios que indican que es 10 veces más probable que consigas un trabajo cuando tu solicitud va acompañada de una recomendación, ya sea de quien te contrató o de alguien con quien colaboraste en ese periodo, ya sea un cliente o un compañero de profesión. Por esto es tan interesante el convertirte en un networker activo.
Adjunta a tu currículum una nota de recomendación de un responsable anterior, un colaborador o un cliente.
Por otra parte, algo que normalmente no es conocido por quienes buscan un empleo es que las empresas de reclutamiento utilizan herramientas automatizadas para el seguimiento de candidatos. Estos sistemas se denominan ATS; sirven para filtrar la información y ayudan a establecer un cierto criterio de preselección entre ellos. Piensa que una oferta disponible en cualquier sitio web específico en el que vas a introducir tus datos personales y profesionales, utilizará estos sistemas para detectar aspectos relevantes que harán posicionar tu candidatura en un determinado lugar del embudo de personas que optan al puesto. Estas herramientas buscan palabras específicas para clasificar el talento, por lo que en tu descripión será importante que incorpores términos que sean clave en la industria a la que estás dirigiéndote para que sean captados y den mayor visibilidad a tu perfil.
Y no te quedes solo en el currículum, añade también una carta de presentación correctamente redactada. Esto puede ayudarte a destacar frente a otros candidatos. Se trata de una información complementaria, por lo que aquello que escribas en la carta, además de ser redactada con un lenguaje respetuoso, deberá guardar coherencia con lo que hayas escrito en él. Una carta de presentación resulta útil porque te ayudará a contextualizar tu perfil personal y profesional con el que busca la empresa que quiere contratar. Podrás explicar en su redacción el motivo por el que crees que puedes ser un buen candidato al puesto, haciendo hincapié en lo que puedes aportar de valor para ella.
Bueno…, ahora ya tienes el currículum actualizado y tu carta de presentación preparada, por lo que es el momento de comenzar a buscar oportunidades laborales y a presentarte a ellas. Pero antes de empezar a hacerlo, asegurate de conocer bien tus capacidades y trata de centrarte en las oportunidades de trabajo que realmente estén alineadas con ellas. No inviertas tiempo en posibles ofertas de trabajo que no se correspondan de forma razonable con tu perfil profesional. Piensa que el proceso de selección es frecuentemente largo y con diversas fases; intenta aspirar a aquellas con posibilidades de que puedas avanzar en ese proceso y rechaza las demás. Debes optimizar tu tiempo.
Piensa que la empresa siempre buscará personas con habilidades específicas para el puesto que ofrecen; de nada servirá que acredites una extensa e invatible formación académica si lo que sabes hacer no es lo que realmente necesitan las empresas. Los reclutadores quieren saber dónde has estado trabajando, qué has aprendido, cómo te has formado como profesional o cómo esperas llegar a hacerlo. Estudiarán tu currículum, pero también tu actitud, tu capacidad narrativa, tu modo de gesticular o tus reacciones a preguntas contradictorias. Todo esto los ayudará a comprender el valor de tu candidatura y eso ocurrirá incluso antes de que llegues a la primera entrevista.
Miguel Ángel Beltrán
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