Hablemos sobre el enigmático mundo de Nostradamus, el profeta del siglo XVI cuyas predicciones han desconcertado y fascinado a la humanidad durante siglos.
Sin duda, a lo largo de la historia, pocos nombres resuenan con tanto misterio y fascinación como el de Nostradamus, un personaje conocido por sus inquietantes y en muchas ocasiones, sorprendentemente acertadas predicciones, al menos de forma aparente.
El objetivo en este episodio no es determinar si hay que creer o no en estas profecías, (eso dejo que lo decidan individualmente los seguidores), sino analizar algunas de las que aparentemente se han cumplido, o al menos eso dicen sus defensores, y explorar también otras futuras que hablan de cosas que aún están por suceder.
A lo largo de nuestra travesía, nos adentraremos en el legado de este personaje y trataremos de entender si fue realmente un visionario con un don sobrenatural o simplemente un astuto observador de su tiempo y de la percepción humana.
Para empezar, déjame que te explique quien era este hombre y de dónde venía…
Michel de Nôtre-Dame, más conocido como Nostradamus, nació el 14 de diciembre de 1503 en el sur de Francia. Vivió en una época marcada por profundos cambios sociales, políticos y religiosos, que influyeron en sus escritos y en sus profecías.
Creció en la Francia renacentista, una época de grandes avances en el conocimiento y en las artes, pero también de intensos conflictos. La reforma protestante y las guerras religiosas sacudían Europa por entonces, mientras se descubrían nuevas tierras y culturas más allá del océano. Este contexto de cambio y agitación social proporcionó un escenario propicio para hacer de las predicciones y los augurios algo muy popular entre la población e incluso entre los gobernantes.
Nostradamus estudió medicina y ciencias naturales en la Universidad de Aviñón, pero tuvo que abandonarla debido a una epidemia de peste. Más tarde, completó sus estudios en la Universidad de Montpellier, donde se convirtió en médico.
La medicina en aquel entonces combinaba conocimientos tradicionales con nuevas ideas surgidas del Renacimiento, lo que le permitió a Nostradamus abordar su profesión con una perspectiva más amplia y a veces innovadora. En cierto modo, era una avanzado en su tiempo.
La plaga de la peste fue una constante que estuvo presente a lo largo de casi toda su vida profesional. Viajó por toda Francia y más allá, tratando a los afectados por esta devastadora enfermedad. Su enfoque en la higiene y en el uso de remedios a base de hierbas, aunque rudimentario, le dio cierta reputación como médico eficaz. Su lucha contra la peste también le permitió observar de cerca los efectos de las enfermedades en las comunidades, una experiencia que sin duda influyó en su visión del mundo.
Nostradamus comenzó a escribir profecías alrededor de 1550. En esos años, publicó una colección de 942 cuartetas poéticas agrupadas en centurias que llamó «Las profecías». Estos versos crípticos, cargados de mensajes llenos de enigmas, están escritos en un lenguaje y estilo que mezclan el francés antiguo con latín, griego e incluso provenzal, lo que hace que su entendimiento sea bastante complicado y requiera siempre de una interpretación.
Esta es una de las razones por las que el estilo enigmático de Nostradamus haya sido objeto de debate durante siglos. Utilizaba metáforas, alusiones y anagramas, lo que permitía múltiples interpretaciones de sus profecías. Algunos expertos creen que esta ambigüedad fue deliberada, destinada a protegerse de posibles represalias políticas y religiosas, mientras que otros piensan que simplemente reflejaba las complejidades y las limitaciones del lenguaje de su tiempo.
De hecho, sus profecías han sido continuamente reinterpretadas por cada generación, siendo una especie de espejo en el que se reflejan las esperanzas y los miedos de la humanidad en distintos momentos de la historia. Su capacidad para mezclar observaciones astutas de la naturaleza humana con una visión poética del futuro sigue fascinando a millones de personas en todo el mundo.
Nostradamus fue un hombre culto y extremadamente inteligente que estuvo profundamente influenciado por las circunstancias históricas en las que vivió. El hecho de ser médico, su difícil experiencia con la plaga de la peste y su habilidad para entrelazar diferentes idiomas y culturas en sus escritos han afianzado su imagen como uno de los profetas más importantes de la historia.
Bueno, pues hasta aquí esta introducción biográfica para conocer un poco más al personaje. Ahora vamos a hablar un poco de ese legado que dejó, de las curiosas coincidencias de sus predicciones y de las controversias que aún generan…
Una de las profecías consideradas como acertadas y que es más conocida popularmente fue la Revolución Francesa. La predicción se sugiere a través de una serie de metáforas y frases enigmáticas que aparecen en algunos cuartetos de su obra, y cuya interpretación fue relacionada con aquel hecho histórico.
Este conjunto de metáforas crípticas decían algo así…
«Antes del conflicto, el gran muro caerá: El gran hombre morirá, una muerte muy repentina y lamentada.»
Nacida en una clase baja, una terrible llama correrá: La muerte de setenta personas, y un deudor triste.»
En el contexto de la Revolución Francesa, se cree que la primera metáfora, la de «Antes del conflicto, el gran muro caerá», predice la caída del sistema monárquico francés, algo que empezó en julio de 1789 con la toma de la Bastilla, después de un largo periodo en el que el país sufrió graves problemas económicos, sociales y políticos, a lo que había que añadir una gran desigualdad entre clases sociales y una fuerte represión por el poder.
La siguiente metáfora que dice «El gran hombre morirá», se asocia con la ejecución de Luis XVI en 1793, mientras la de «Nacida en una clase baja, una terrible llama correrá: La muerte de setenta personas, y un deudor triste.» es interpretada como una referencia a los disturbios y al caos que surgieron de las clases bajas y que llevaron a la muerte de muchas personas durante los conflictos revolucionarios.
La sucesión de otros cuartetos con alusiones extrañamente relacionadas cronológicamente con las anteriores, como las que parecen hacer referencia a la llegada, ascensión y caída de Napoleón, acabarían por describirlo como una profecía sobre la Revolución Francesa, la cual fue escrita por Nostradamus 234 años antes de que sucediera.
Otra predicción conocida es la que se refiere a Adolf Hitler.
Nostradamus escribió:
«De lo más profundo del Occidente de Europa, de gente pobre un niño nacerá, que por su lengua seducirá a las masas. Su fama en el reino de Oriente más crecerá».
«Bestias feroces de hambre ríos tragar, la mayor parte del campo contra Hister estará. En jaula de hierro el grande hará llevar, cuando nada el hijo de germano observará”
Los que defienden la interpretación que conecta todo esto con Adolf Hitler argumentan que, además de una cierta similitud entre las palabras Hister y Hitler, la referencia a los ríos podría ser una alusión a las invasiones de la Alemania nazi en Europa durante la II Guerra Mundial.
La «Jaula de Hierro» haría referencia a la tecnología militar, como tanques y otros elementos mecanizados utilizados en su expansión y lo de «cuando nada el hijo de germano observará”, podría ser una alusión a la devastación de Alemania por la guerra.
Otra profecía famosa es la de las Bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. La interpretación que viene a sugerir una predicción por Nostradamus de ese momento tan cruel de la historia humana viene de los textos siguientes:
«Cerca de las puertas y dentro de dos ciudades habrá dos azotes como nunca se vio nada igual. Hambre, dentro de la peste, por el hierro fuera arrojado. Clamarán ayuda a su gran Dios inmortal».
Se asocia lo de «dentro de dos ciudades» y «dos azotes como nunca se vio nada igual» a las bombas atómicas que se arrojaron durante la II Guerra Mundial contra esas dos ciudades, las cuales se estima que provocaron unos 250.000 muertos.
Hay otras profecías que los seguidores y estudiosos de Nostradamus defienden como acertadas, como el gran incendio de Londres en 1666, el asesinato de los Kennedy o la caída del muro de Berlín.
Como todas las profecías supuestamente cumplidas de Nostradamus, la interpretación es siempre subjetiva y puede variar según quien las analice. La ambigüedad de los escritos permite múltiples lecturas y eso es lo que mantiene el misterio y también la controversia a lo largo del tiempo.
Pero más allá del nivel de escepticismo sobre el tema que pueda tener cada persona que esté escuchando este episodio, hay que reconocer que resulta muy curioso y llamativo el elevado número de predicciones escritas en unas cuartetas poéticas de hace casi quinientos años, cuya interpretación puede fácilmente ser asociada a unos determinados hechos acontecidos.
Se puede aceptar que se produzcan, por simple casualidad, ciertas coincidencias sorprendentes que parezcan prever determinados eventos, pero el hecho de que se den tantas aparentes coincidencias, solo puede significar que, o sean realmente profecías acertadas o que estemos ante un hombre con una habilidad increíble para jugar con la imaginación de las personas y hacerlo durante siglos a través de unos simples versos.
Y las profecías de Nostradamus aún tienen mucho más recorrido, ya que abarcan un amplio rango temporal que, según parece, se extiende hasta el año 3797, que es el año que él mismo menciona en una carta dirigida a su hijo César y que identifica como el de la finalización de sus predicciones.
¿Qué nos espera entonces para el futuro cercano, según Nostradamus?
Una de las que se considera más llamativa se centra en la Cuarteta I-69. En ella parece anunciarse un gran desastre natural y cambios geológicos.
El texto dice así:
«La gran montaña redonda de siete estadios. Después de la paz, guerra, hambre, inundación. Se desplazará lejos, dañando grandes regiones, incluso antiguas y grandes fundaciones.»
Estas alusiones parecen referirse, según los intérpretes, a un gran volcán y a las posteriores consecuencias que podría producir: guerra, hambre e inundaciones.
Si buscamos un posible punto donde pudiera producirse una erupción de grandes proporciones, sin duda tendríamos que pesar en el supervolcán de Yellowstone, uno de los volcanes más grandes y destructivos del mundo, sino el mayor. Se encuentra en el Parque Nacional de Yellowstone, en Estados Unidos. Su caldera es enorme, ya que tiene aproximadamente 85 kilómetros de largo y 45 de ancho.
Yellowstone ha entrado en erupción tres veces en los últimos dos millones de años, siendo la más reciente hace unos 640.000 años, por lo que en teoría, ya estaríamos pasados de fechas para la siguiente erupción. Actualmente, el volcán está bajo vigilancia constante por parte del Servicio Geológico de los EE.UU., que monitorea la actividad sísmica y térmica permanentemente.
Y aunque no hay señales de que vaya a hacerlo a corto o medio plazo, la amenaza existe. De hecho, su erupción podría cubrir completamente con cenizas una enorme extensión del territorio. El impacto sería mundial, ya que la ceniza y los gases emitidos se desplazarían por la atmosfera, afectando gravemente a la vegetación y la fauna, además de causar el inicio de un invierno volcánico global, que aunque fuese temporal, afectaría gravemente a todos los seres vivos y nos llevaría a un colapso del sistema alimentario. Este punto parece sugerirse en la frase final:
«Se desplazará lejos, dañando grandes regiones, incluso antiguas y grandes fundaciones»
Pero no todo van a ser malos augurios…, también tenemos profecías que sugieren cosas buenas. La cuarteta III-94 dice lo siguiente:
«Durante quinientos años más se contará. Aquel que fue el ornamento de su tiempo, luego de un golpe dará una gran claridad, que en este siglo los hará muy felices.»
Esto se interpreta como el legado significativo de una figura que será recordada durante cinco siglos. Parece referirse a un líder o pensador que dejó una marca positiva para la sociedad y a un evento o gran cambio relacionado con él que traerá un periodo de felicidad y satisfacción a las personas de ese siglo.
En resumen, las profecías de Nostradamus han fascinado a generaciones por su carácter enigmático y la aparente precisión con la que algunas de ellas sugieren ciertos eventos históricos. Sin embargo, es importante recordar que las interpretaciones de estas profecías pueden variar enormemente y su interpretación suele condicionarse al contexto histórico y cultural en el que se analicen.
Una vez más, las cuartetas de Nostradamus están escritas en un lenguaje poético y simbólico que permite múltiples lecturas, por eso el escepticismo se hace inevitable siempre que se abordan sus profecías.
Además de esto, hay que tener en cuenta que incluso se ha llegado a cuestionar la autenticidad de ciertas cuartetas y la validez de las interpretaciones que se les han dado a lo largo de los años. Por eso es esencial abordar estas profecías considerando la posibilidad de interpretaciones erróneas o de manipulaciones del legado de Nostradamus que hayan desvirtuado, de alguna forma, parte de su mensaje.
Acertadas o no, lo que es innegable de las profecías de Nostradamus son un valor histórico y cultural, un legado que sigue siendo un tema de estudio, pero también de duros debates. Mientras algunos encuentran en sus escritos señales del futuro, otros las ven como un recordatorio de la importancia de contextualizar y cuestionar las fuentes históricas. Sea cual sea la visión correcta, su misterio seguirá fascinando a muchos, entre los que me incluyo.
Aquí finaliza este episodio que espero hayas disfrutado. En EL FARO DE LYCON continuaremos hablando de esas grandes historias y enigmas que siempre han captado nuestro interés, para intentar comprender mejor las claves de nuestra sociedad y del mundo que compartimos.
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Te espero en el próximo episodio.
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