22 de enero de 2025
Arca de la Alianza
EL FARO DE LYCON
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84 - El Arca de la Alianza: La Fascinante Historia de una Reliquia Divina
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Hoy te voy a hablar de uno de los mayores misterios de la historia: el Arca de la Alianza; un enigma que ha cautivado a la humanidad durante milenios y que ha sido objeto de todo tipo de leyendas.

Para entender mejor esta historia y los motivos por los que este cofre está envuelto en misterio y fascinación, tenemos que adentrarnos necesariamente en lo que se describe en la Antiguo Testamento y retroceder hasta el tiempo de Moisés. Así que, déjame que dedique estos primeros minutos en explicarte el origen de todo esto.

El Arca de la Alianza, también es conocida como Arca del Pacto o Arca del Testimonio. Se trataba de un cofre sagrado que, según la creencia judía y cristiana, albergaba las Tablas de la Ley y simbolizaba la presencia y el poder de Dios entre su pueblo.

Abraham es identificado como el padre de la Fe judía, cristiana y musulmana, las conocidas como religiones abrahámicas. Abraham vivió entre el año 2166 y el 1991 a.C. y es reconocido en todas ellas como el iniciador de la alianza entre Dios y la humanidad a través de su descendencia, representando la fe, la obediencia y unidad de los pueblos bajo un mismo Dios.

Abraham tuvo varios hijos, pero de entre ellos destacan dos: por un lado Ismael, nacido de su unión con Agar, su esclava egipcia. Por el otro, Isaac, nacido de su esposa Sara cuando ambos eran ancianos; ya que Sara tenía 90 años y Abraham 100 años.

Este es el punto de unión entre las religiones musulmana, judía y cristiana. Mientras que Ismael es considerado el ancestro de Mahoma (el fundador del Islam), Isaac fue el padre de Jacob, el primer patriarca del pueblo de Israel.

Jacob tuvo 12 hijos, y alrededor del 1600 a.C, él y todos sus descendientes se vieron en la necesidad de emigrar a Egipto para huir de una gran hambruna que duró varios años y que afectó a un territorio muy extenso, el cual abarcaba los actuales Israel, Palestina, Jordania occidental, el sur de Siria y el norte de Egipto.

Los hebreos fueron bien recibidos por el faraón, porque eran conocidos por su habilidad en la agricultura y en otros oficios que le eran necesarios en aquel momento, pero sobre todo por el respeto y confianza que sentía por José, un hebreo que era el hijo predilecto de Jacob y que había llegado años antes a Egipto como esclavo, después de haber sido vendido por sus propios hermanos.

José había logrado ser liberado y, con sus habilidades, había ascendido poco a poco hasta llegar a ser administrador de la tierra del faraón. Su capacidad para interpretar las señales le permitió predecir con suficiente antelación el episodio de hambruna, lo que salvó a Egipto de ella.

Los hebreos permanecieron en Egipto durante unos 430 años y fueron respetados al principio, sin embargo, durante ese tiempo su comunidad creció de manera considerable en número y en influencia, lo que provocó el temor de los egipcios, quienes empezaron a verlos como una amenaza y acabaron por someterlos a la esclavitud y a la opresión.

Para controlar su número creciente y mantenerlos bajo control, el faraón dio la orden de que todos los varones hebreos recién nacidos fueran asesinados. Es entonces cuando la hebrea Jochebed ocultó a su hijo en una cesta y lo abandonó en el Nilo para salvarlo.

El niño fue rescatado por la hija del faraón, lo adoptó y lo nombró Moisés, quien creció como parte de su familia desconociendo por completo su procedencia. Con el tiempo, acabó sabiéndola y finalmente eso le llevó a revelarse contra el faraón por su crueldad con su pueblo de origen, por lo que fue desterrado, regresando posteriormente y liberándolo con el poder que le otorgó Dios.

El resto de lo que sucedió con el retorno de Moisés, las siete plagas de Egipto, la muerte del hijo del faraón y la división del Mar Rojo para escapar de su persecución, seguro que la conoces.

Un año después de la liberación de su pueblo y de haber iniciado una larga travesía hacia la tierra prometida, Moisés sintió una llamada pidiéndole subir en solitario al Monte Sinaí. Así que, abandonó el campamento y subió a la montaña, dejando al mando a su hermano Aarón. Allí permaneció durante 40 días y 40 noches en presencia de Dios.

Según esa historia, durante el tiempo que estuvo allí, recibió instrucciones precisas para liderar a su pueblo, estableciendo un pacto. Como parte de ese pacto, le fueron entregadas unas tablas de piedra donde estaban grabados lo que se conoce como los Diez Mandamientos.

Los mandamientos serían las leyes y principios morales, éticos y religiosos que deberían ser respetados por su pueblo y que aún hoy son aplicados en el cristianismo y en el judaísmo.

Moisés, cuando bajó del Monte Sinaí y regresó al campamento con las tablas, se encontró con graves actos de desobediencia a los dictámenes de Dios que se habían producido durante su larga ausencia, entre ellos la idolatría a un becerro de oro que el pueblo había ordenado construir a su hermano Aarón fundiendo las joyas que había entregado la gente para ello. Aarón no supo controlar la rebelión y accedió a realizar lo que le habían ordenado, esto provocó la ira de Moisés, quien rompió las Tablas de la Ley como símbolo también de ruptura del pacto y ordenó arrojar el becerro de oro al fuego para destruirlo por completo hasta convertirlo en polvo.

Después ordenó ejecutar a unos 3.000 hombres que habían participado en la idolatría, mientras que Aarón fue castigado por Dios con la muerte de dos de sus hijos por no haberse negado a todo aquello en ausencia de su hermano.

Moisés subió nuevamente al Monte Sinaí, donde volvió a escribir los Diez Mandamientos en unas nuevas tablas. También recibió instrucciones para construir la conocida como Arca de la Alianza, que serviría para guardarlas y transportarlas durante las travesías por el desierto.

El pueblo hebreo fue castigado por su desobediencia a peregrinar por el desierto durante 40 años. Debido a que no disponían de un templo para el culto donde hacer ofrendas, Dios les ordenó construir una morada portátil a la que llamaron Tabernáculo, una tienda en la que se celebrarían sus ritos y ofrendas, y donde además se depositaría el Arca de La Alianza.

Las características del Tabernáculo están bien detalladas en los libros del Éxodo, Levítico y Números. La estructura medía unos 14 metros de largo y 5 metros de ancho y de alto, construida con postes y soportes de madera de acacia y la cubierta estaba hecha con varias capas de lino y pieles diversas para proteger el interior de las inclemencias del tiempo.

La tienda, a su vez, estaba rodeada por un recinto cercado al que llamaban Atrio. Sus medidas eras de unos 45 metros de largo por 23 metros de ancho. Todo esto se montaba y desmotaba a medida que el pueblo se iba desplazando.

Alrededor del recinto de la tienda, las 12 tribus originales que formaban el pueblo de Israel, una por cada hijo de Jacob, estaban dispuestas según un orden concreto preestablecido, siendo la tribu de los levitas la designada para el servicio del Tabernáculo, para ayudar a los sacerdotes en los rituales y sacrificios, y para garantizar que la Ley de Dios se enseñara y fuese respetada.

Tras su construcción, Aaron, el hermano de Moisés, fue consagrado como el primer Sumo Sacerdote de Israel.

Bueno…, pues al igual que el Tabernáculo, el Arca de la Alianza está descrita con todo detalle en la Biblia y tal como fue encargada a Moisés cuando recibió la revelación de los Mandamientos.

El Arca estaba hecha de madera de acacia recubierta de oro puro, tanto por dentro como por fuera. Según esa descripción, las dimensiones eran de 111 cm de largo, con un ancho y alto de 67 cm.

En la parte superior tenía dos querubines tallados en oro con la alas extendidas. Los querubines vendrían a ser los ángeles guardianes del universo desde un plano divino. A diferencia de los arcángeles, los querubines serían ángeles que no tenían contacto con los humanos, aunque influían positivamente sobre ellos.

Esos dos querubines descansaban sobre lo que se llamaba el «propiciatorio» o «asiento de la misericordia». Un elemento con las mismas medidas del Arca de la Alianza y que encajaba perfectamente sobre ella a modo de tapadera.

El Arca no solo contenía las Tablas con los 10 mandamientos, también guardaba el bastón de Aarón, junto con una vasija de maná (el desconocido alimento que, según el Antiguo Testamento, Dios le ofreció al pueblo de Israel durante su tiempo en el desierto).

Bueno…, pues esta vendría a ser la historia sobre el origen del Arca de la Alianza y lo que era. Os podéis imaginar los motivos por los que ha sido tan buscada a lo largo de los siglos y se ha rodeado de misterios y de leyendas sobre su poder y posible ubicación.

¿Pero qué se supone que pasó con ella y cómo desapareció?. ¿Qué es lo que se sabe realmente de todo esto?

La última información detallada en la Biblia sobre la ubicación del Arca de la Alianza se establece durante el reinado del rey Josías, alrededor del año 622 a.C. En ese momento, el Arca estaba en el Templo de Jerusalén y se utilizaba en ceremonias religiosas. Después de esto, el destino del Arca queda en la oscuridad y ya no se menciona más en las escrituras.

A partir de ahí surgieron diversas teorías, la más aceptada es la de que el Arca fue escondida por los sacerdotes en el año 586 a.C para protegerla de los babilonios, durante la conquista de Jerusalén. Según esto, el profeta Jeremías habría depositado el arca en una cueva en el Monte Nebo.

Este monte es un sitio de gran importancia histórica y religiosa para judíos y cristianos, ya que es el lugar desde el que Moisés miró la Tierra Prometida antes de morir. Moisés había sido anteriormente castigado por Dios debido una acto de desobediencia durante la travesía por el desierto, y por el que nunca podría pisar la Tierra Prometida, solo acompañar a su pueblo hasta ella. Sería Josué quien lideraría después la conquista de estos territorios.

Otra teoría es que el Arca de la Alianza fue llevada a Etiopía por Menelik I, el hijo del rey Salomón y de la reina de Saba. La Iglesia Ortodoxa Etíope afirma que el Arca reside en la Iglesia de Nuestra Señora María de Sion en Axum, una ciudad histórica ubicada en el norte del país, a una altitud de unos 2.100 metros sobre el nivel del mar, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1980 por su riqueza histórica y monumental.

Y la tercera teoría más común es la de su destrucción o robo durante el asedio babilónico de Jerusalén, aunque la Biblia en ningún momento menciona explícitamente que el Arca estuviera entre los objetos robados o destruidos.

Estas teorías y relatos han generado siempre un gran interés y debate entre teólogos, historiadores y arqueólogos, pero hasta ahora, el paradero exacto del Arca de la Alianza sigue siendo un misterio sin resolver.

Y sí…, es cierto que Hitler y los nazis estaban obsesionados con encontrar reliquias sagradas, incluyendo el Arca de la Alianza. La Ahnenerbe, una organización nazi dedicada a la investigación de la herencia ancestral de la raza aria, llevó a cabo expediciones en busca de objetos de poder que creían que les otorgarían ventajas sobrenaturales.

Entre estas reliquias, además del Arca de la Alianza, también buscaron la Lanza del Destino o el Santo Grial. La búsqueda de estas reliquias fue motivada por la creencia de que poseerlas les otorgaría un poder inmenso y aseguraría la victoria del Tercer Reich.

Mas allá de supuestos poderes sobrenaturales del Arca de la Alanza, lo cierto es que el haberla poseído habría tenido una repercusiones difíciles de imaginar por las connotaciones religiosas para millones de personas en todo el mundo y la manipulación propagandística que se habría llevado a cabo; posiblemente ese habría sido el verdadero poder del Arca de la Alianza para los nazis o para cualquiera que se hiciera con ella.

De hecho, Shlomo Goren, que fue Gran Rabino de Israel, afirmó en los años 80 haber descubierto la ubicación exacta del Arca en el Monte del Templo en Jerusalén, pero debido a la sensibilidad política y religiosa, sobre todo la de aquella zona, no se llevaron a cabo excavaciones para confirmar su hallazgo, algo altamente improbable en el caso de ser cierto.

A partir de esto solo podemos especular sobre el paradero real del Arca de la Alianza, si es que todavía existe, o si fue encontrada y hoy está guardada en algún lugar ultrasecreto de alta seguridad. Por su importancia y trascendencia histórica, la lógica me dice que existen muchas posibilidades de que así sea.

En definitiva, a lo largo de la historia, muchos aventureros, arqueólogos y exploradores la han buscado, pero hasta la fecha, ninguno de esas búsquedas ha arrojado resultados definitivos que hayan sido confirmados de manera oficial, por lo que el Arca de la Alianza seguirá siendo uno de los mayores enigmas históricos.


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